En resumen, la carta del Sol del Tarot Rider es un recordatorio de que la luz siempre triunfa sobre la oscuridad. Esta carta nos anima a adoptar una actitud positiva, a vivir con alegría y a reconocer y abrazar nuestra propia luz interior.
Estás en un momento en que te sentirás iluminado. Al fin ves el camino a seguir por delante de ti después de toda la incertidumbre y problemas soportados.
Solo en el peor de los casos la carta del sol invertida significa una ruptura, en especial cuando el diásymbol no hace más que complicar las cosas o lo “caliente” de la carta puede significar discusiones rayanas en la violencia.
La luz del sol remide a los hombres permitiéndoles el ingreso al paraíso una vez perdido. El sol enriquece a este chico y a esta chicas cogidos de la mano con una lluvia de oro que representa el oro que podemos encontrar en la alquimia y del espíritu de la riqueza top-quality.
El sol representa un desarrollo positivo y tiene una Buena influencia inherente. Sugiere ganancia own y alegría, y que las metas personales están al alcance de tus manos si estás dispuesto a esforzarte por ellas.
La vitalidad de esta carta te dice que tienes una actitud positiva hacia la vida y estás disfrutando de la vida de manera equilibrada. ¡Sigue así!
El sol con el carro es sinónimo de triunfos, abunda la riqueza en el plano product y espiritual. Salen viajes de trabajo o placer, donde se conectará con personas que serán muy importantes para nuestra existencia.
Esta carta tan positiva habla de la situación conseguida, de aquellos pequeños momentos de éxito que todos tenemos en la vida. Aquel momento en que brillamos con nuestra propia luz y lo compartimos con nuestro entorno.
En el famoso tarot Rider-Waite, la imagen de la carta de El Sol muestra un gran sol brillante en el cielo y un niño montado en un caballo blanco, ambos símbolos de pureza y fuerza important.
El Tarot es un fascinante sistema de adivinación y autoconocimiento que ha cautivado a la humanidad durante siglos.
Los rayos amarillos simbolizan la razón y la conciencia, mientras que los rayos blancos representan la intuición y el subconsciente.
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Estamos llenado al amanecer de manera majestuosa y El Sol del tarot Thoth nos lo hace ver de manera excelsa en su bella representación, en donde podemos claramente observar el cinturón zodiacal en donde los rayos del Sol, que es el foco de atención del arcano, nos va delimitando los twelve signos por donde el astro rey viaja a lo largo de todo un año terrestre, vemos a dos niños danzando alegremente, niños que hemos visto en cartas anteriores como la de Los Enamorados o la del Loco y que con alas de mariposas monarcas son un símbolo de la energía positiva y negativa, masculina y femenina en armonía entre ellas, la parte consciente de nuestra mente en comunión con la parte subconsciente de la see this misma; siendo esta reconciliación entre aparentes contrarios. esto es el poder llegar a una transformación del individuo mediante un ritual que muchas tradiciones iniciáticas denominan “iniciación”, es por ello que son niños quienes danzan, ya que se han transformado mediante esa iniciación que es el resultado de un ritual simbólico en donde el candidato debe de transformarse de ser un profano a ser un iniciado, siendo el ritual solo un símbolo de lo que la conexión con el espíritu interno solar, o en terminología thelémica el poder manifestar el poder de Heru- Ra- Ha , que es el nombre de lo que Crowley consideraba la unión de dos partes que conforman los poderes del dios Horus que eran Hoor-pa-kraat, la parte pasiva, meditativa y que conecta con el silencio y la de Ra-Hoor-Khut, la parte dinámica, conquistadora, agresiva y activa que esta deidad manifiesta; por lo que Crowley mismo explica de esta carta es, parafraseando, la energía de Heru- Ra-Ha, siendo está la del amor, la vida, la libertad y la luz, que se manifiesta a través de tres formas desde el So, siendo: la espiritual, la moral y la física.
El niño monta un dócil caballo blanco, cuya blancura es signo de pureza; el caballo representa el dominio que el espíritu ha alcanzado sobre su “naturaleza animal” como Waite la llama, sobre sus instintos y apetitos, purificados y dominados.